viernes, 29 de mayo de 2015

Marquese

Ese sadismo extremo del odontólogo hurgando bajo las encías con su sonda de exploración periodontal,las curetas socavando el hueco bajo los dientes gastados.
Ese sadismo que se refocila en arrastrar esos pequeños instrumentos de tortura que consiguen hacerle sonreír bajo la máscara mientras ve como su esclavo cierra los ojos muy fuerte agarrándose a los brazos del sillón.

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