domingo, 18 de noviembre de 2012

Despertar

Lamiendo el filo del cuchillo reconoció el sabor de la sangre.Miró hacia abajo y su lengua en la sartén parecía tan lejana como sus pesadillas.

Le faltaba el aire y decidió que ya era hora de despertar, aunque sabía que aquello tampoco era otro sueño, sino la confirmación de algo distinto y no asumido.

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