martes, 21 de junio de 2011

La coleccionista 2.0

La coleccionista tuvo una sensación que no pudo definir cuando entró en una de sus habitaciones favoritas. Una mezcla de desazón, tristeza e impresión de libertad.
Una corazonada le llevó a comprobar las vitrinas.Todo parecía en orden, todo  en su extraño lugar, en  su extraña taxonomía.
Era una clasificación tan personal que, en ocasiones, ni  ella alcanzaba a comprender el porqué de la colocación de sus pequeños tesoros. Las razones que obedecían a ese caos organizado eran tan variadas como sus ganas de escapar sin rumbo.
Algo llamó su atención en una de las vitrinas más alejadas, un expositor situado en una de los rincones más oscuros de la estancia. Allí, en  mitad de otros tesoros, yacía una pieza hecha trizas; quizás  había dejado la puerta mal cerrada y un mal golpe de viento había acabado por destrozarla. Se acercó a comprobar cual era el objeto que se había roto por si había alguna manera de recomponerlo.
El daño era irreparable y le costó mucho reconocer  lo que había perdido. Recogió con cuidado los pedazos y se entristeció al ver que era imposible restaurar aquel pequeño objeto que le había dado alguna alegría en una etapa oscura de su vida. Muy despacio, para evitar dañar otros tesoros, cerró la vitrina y dejó caer los trozos en una papelera;al hacerlo desapareció la desazón y volvió a sonreír.

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