sábado, 30 de abril de 2011

Morfeo

Soñaba con su cuerpo alto, moreno, delgado junto al suyo fundiéndose en una pugna sin fin de murmullos entrecortados. Soñaba que soñaba. Soñaba su cuerpo, sus gestos, sus caricias; pero no soñaba su voz.
Al despertar se tranquilizó y ya no quiso volver a soñar.

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