jueves, 10 de marzo de 2011

Nak 8.0

                                        Todos en la Academia de Tzaragoza despreciaban al joven Nak. Eludían su presencia, no soportaban su compañía. El joven Nak se refugiaba en un silencio torvo y apagaba su odio seccionando las patas de los ratones del laboratorio o torturando a los ñandúes polacos.
Nadie quería al joven Nak y él, en su interior, sólo deseaba amar. Amar a aquellos jóvenes como él ,nacidos para el vicio, educados para el odio y la violencia.
El joven Nak no podía entender porqué no encontraba la solución al enigma mientras golpeaba con saña a un grupo de ancianos parapléjicos.

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